Desde el aeropuerto de Baskul

«La utopía está en el horizonte.
Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos
y el horizonte se corre diez pasos más allá.
¿Entonces para qué sirve la utopía?
Para eso, sirve para caminar»
Fernando Birri, citado por Eduardo Galeano

Estarás acostumbrado a emprender viajes más o menos ordenados, de los que empiezan en un aeropuerto. Por eso he pensado que el título de este primer post te tranquilizaría.

Claro que si decides acompañarme, deberías saber que mis dos libros de viajes favoritos realmente empiezan con un aterrizaje forzoso. Uno de ellos en el desierto y el otro, el que te contaré hoy, en medio de una tormenta de nieve en el Himalaya. Pero titular el primer post de este blog «Estrellados y perdidos» no me parecía adecuado, te podrías haber asustado (sobre todo si no has seguido mis posts en el blog anterior…).

estrellados y perdidos

Asustado, como estaban los pasajeros que escapaban de la guerra, en un avión que despegaba de Baskul con destino a Shangai, en la película «Horizontes Perdidos» (Capra, 1937). Para que te hagas una idea, tuvieron que prender fuego a la terminal para tener luz para poder despegar… Quizá tú también tengas algo de susto con esta crisis y estos recortes, y quizá estés pensando que te tocará coger un avión y escapar de aquí, y prender fuego a todo esto, para conseguir un poco de luz.

De cómo esos pasajeros acaban llegando a Shangri La, en vez de a Shangai, y de sus aventuras en el Valle de la Luna Azul, no voy a contarte demasiado, puedes ver la película (que tuvo dos estatuillas) o leer el estupendo libro de James Hilton (Lost Horizon, 1933).

Me quedo hoy, para este primer post, con la historia de una utopía como alternativa a una sociedad en profunda crisis, económica y de valores. Pienso que necesitamos la utopía, más que nunca, y no para soñar, sino para pensar, y para hacer. Igual que necesitamos volver a la economía real, y que esté al servicio de las personas. Y para eso necesitamos apostar por la industria y por el conocimiento, necesitamos un Segundo Renacimiento… También que nuestras instituciones funcionen un poco mejor… («En Shangri-La, gobiernan los mejores, no los más fuertes«)

De eso iremos escribiendo aquí, en Euskadi™, Thought and Made, Pensar y Hacer. Este es el destino de este viaje, el que avisa no es traidor.

Como en todas las buenas historias, al final no es fácil saber si el protagonista de Lost Horizon consigue encontrar el camino de regreso a Shangri La, aunque el brindis que despide la pelicula deja abierta la puerta de la esperanza.

Finalmente, desapareció por ese paso de montaña que ni ellos mismos se atrevían a cruzar. Y eso, caballeros, fue lo último que se supo de un hombre llamado Robert Conway. Eso es fortaleza de espíritu…

Dígame, Gainsford. ¿Qué opina de lo que dijo de Shangri-La?¿Lo cree?

Sí, lo creo. Lo creo porque quiero creerlo.
Hago un brindis. Por Robert Conway para que encuentre su Shangri-La.
Por todos nosotros, para que encontremos nuestra Shangri-La

Por todas vosotras, por todos vosotros. Que encontréis vuestro Shangri La.
No esperéis a 2014 para salir a buscarlo.

8 pensamientos en “Desde el aeropuerto de Baskul

  1. Buff por un momento pensé en lo peor…que ya ni a ti te quedaban esperanzas! Por suerte veo que sólo somos el resto, así que habrá qe visitarte muy a menudo.
    Enhorabuena a por esta nueva andadura.
    Para lo que necesites…un pasajero.

  2. Bueno, utilizo las palabras de Alexander Solzhenitsyn en su discurso de Harvard en 1978, que sin querer, quizás Guillermo sigue:
    «Si, como pretende el humanismo, el ser humano naciese solamente para ser feliz, no nacería para morir. Desde el momento en que su cuerpo está condenado a muerte, su misión sobre la tierra evidentemente debe ser más espiritual y no sólo disfrutar incontrolablemente de la vida diaria; no la búsqueda de las mejores formas de obtener bienes materiales y su despreocupado consumo. Tiene que ser el cumplimiento de un serio y permanente deber, de modo tal que el paso de uno por la vida se convierta, por sobre todo, en una experiencia de crecimiento moral. Para dejar la vida siendo un ser humano mejor que el que entró en ella. «

  3. Hola jóvenes:
    Un pequeño regalo para la inauguración de este nuevo barco, nueva singladura rumbo a un nuevo destino. Mi regalo es un palabra: «alisios». Un viento, que desde el primer viaje de Colón, empuja a todos los navegantes hacia el Nuevo Mundo. Sin importar su nacionalidad, religión ni eslora… son vientos «comunistas»… Espero que tanto a Pilar, a Paul, a ti y a la tripulación que vayáis enrolando, os lleve a ese Nuevo Mundo.
    Yo me quedaré a este lado del Atlántico, en el Viejo Mundo, y seguiré apoyando a las micro empresas a iniciar su viaje particular. Un viaje que no tiene la I+D+I como bandera pero suele comenzar con un proyecto tipo CRM (Carta a los Reyes Magos) y termina con un proyecto tipo S (Supervivencia). Así que si seguís navegando hacia el Oeste… seguro que daréis la vuelta al mundo… y nos volveremos a encontrar…
    Buen viento.

  4. Zorionak en tu nueva andadura Guillermo !

    Como decia Thomas Jefferson, me gustan más los sueños del futuro que las historias del pasado.

    Por lo que mila esker por seguir proporcionandonos sueños desde este nuevo rincón. Aquí nos veremos.

    Un abrazo.

    Asier

  5. Identidad y Relato – euskadi™

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