Hay un gráfico muy curioso que publicaron en el New York Times que recoge el número de veces que apareció en titulares la expresión «burbuja inmobiliaria» en los años anteriores a que reventara. Nadie puede decir que nos cogió por sorpresa ¿verdad?
Algo parecido está pasando con la expresión «estallido social«, que empieza a proliferar en titulares y conversaciones (cómo será el tema, que preocupa ya hasta a los mercados). Nadie sabe exactamente cuándo o cómo, pero cada vez más personas tenemos la sensación de que en algún momento la sociedad va a tirar por la calle de en medio, la desesperación y la frustración buscarán un cauce (además del de las redes sociales).
La reunión del Foro de Davos estos días, solo está sirviendo para constatar que en todo el mundo desarrollado están igual de despistados que aquí (bueno, y que los líderes mundiales tienen una alta capacidad de ignorar la realidad, y sus riesgos). No tienen ni idea de cómo afrontar los límites de un sistema que no acaba de encontrar la vía de salida. El nivel de despiste lo deja claro el lema que han elegido para este año «Dynamic Resilience«, que ni ellos mismos saben qué significa.
Comentaba ayer con buen amigo, el paralelismo con el argumento de la trilogía de ciencia ficción la Saga de la Fundación, de Isaac Asimov. La decadencia de un imperio, un estallido social (que en la novela se predice con exactitud gracias a la «psicohistoria») y que da lugar inexorablemente a un período de oscuridad y violencia.
El protagonista, Hari Seldon, pone en marcha dos Fundaciones, con el objetivo de que este período de oscuridad sea lo más breve posible. En la Primera Fundación, en el planeta Términus, cien mil científicos construyen la Enciclopedia Galáctica para preservar y desarrollar el conocimiento, para evitar que se pierda en esta época oscura, y para que sirva como faro en la reconstrucción de un nuevo sistema. Hay una Segunda Fundación, mucho más misteriosa, que tiene un papel muy importante que cumplir.
Salvando las distancias con la novela, me parece que necesitamos también ahora dos Fundaciones.
La Primera Fundación, centrada en aprender todas las lecciones que nuestra historia económica reciente nos ha dejado. La importancia de la industria, del conocimiento, de la participación de las personas en los proyectos empresariales, la importancia de apostar por el largo plazo, por la exigencia ética… Sería una pena que no hubiésemos aprendido nada.
Si te interesa esta primera Fundación, una lectura recomendable es el «Estrategia #0000002«, una excelente publicación de B+I que tuve el honor de co-presentar este pasado jueves junto con Sabin Azúa y Pilar Kaltzada en Deusto Business School. Me ha encantado el artículo de Göran Roos: «Why a healthy manufacturing sector is a must for any advanced economy with ambitions to maintain economic and social wellbeing»
La Segunda Fundación, tendría que fundarse en los límites del sistema, y libre de su pesada historia. Personas que decidiesen construir proyectos nuevos, llenos de imaginación y de futuro, proyectos con una lógica diferente ¿no entiendes bien a qué me refiero? Este trailer del vídeo de Agronautas que me ha pasado Iñigo Calvo te puede dar una pista. La Segunda Fundación, también está en marcha.
No tenemos la precisión de la psicohistoria para predecir exactamente cuándo y cómo esta crisis dará lugar a un escenario diferente. Tampoco si para ello deberemos atravesar ese período oscuro, ese estallido social.
Pero me parece inteligente en cualquier caso trabajar en construir esas dos Fundaciones, las dos son necesarias y lo serán cada vez más, me parece. .
Bonus Track
Si quieres saber más de esta historia de las dos Fundaciones, creo que uno de los ponentes del evento TEDxSantAntoni, el 4 de mayo en Sant Antony de Portmany en Ibiza, que está organizando Roberto, va a hablar de ello en su charla.
En realidad todos los ponentes descubrirán este futuro que viene aunque, como en la trilogía de Asimov, descubriremos la verdad según vayan pasando las páginas de la historia.
Mañana 28 de enero, primera entrega ; )
Egun on per la matina Guillermo !
Creo que fue Paul Krugman en una entrevista el primero en confesar que no somos pocos los economistas a los que la lectura en nuestra adolescencia de la saga la Fundación de Isaac Asimov, en el que se introducía la Psicohistoria, influyó en nuestra opción de esta carrera (otra cosa es que argumentáramos razones de otro índole a la hora de explicar nuestra elección, en vez de la más “practica” opción de Empresariales, a propios y extraños y, sobre todo, a nuestros aitas).
A falta de una herramienta como la Psicohistoria para hacer predicciones generales sobre el comportamiento y desarrollo futuro de nuestras sociedades, nos quedaba el consuelo de la imperfecta ciencia social de la economía. Y es imperfecta, cierto. No controlamos todas las variables que afectan el universo que estudiamos por lo que nuestra capacidad predictiva es limitada y utilizamos ad nausea el disclamer de a priori no vaya a ser que a posteriori nos vayan a salir los colores.
Pero, con todo, en esta ciencia inacabada que es la Economía hay ciertas relaciones causales, algunas correlaciones obvias y bastantes cosas que son, como diría mi aita, de cajón. Y la relación causa efecto que puntas están ahí por mucho que no se quiera actuar. Y es que aún nos quedará mucho para generar una disciplina combinando universo que combinando historia, sociología, con la estadística y matemática tenga la capacidad predictiva de la Psicohistoria. Pero la estrategia del avestruz la dominamos a las mil maravillas.
Abrazo !
Asier
Guillermo, también yo tengo la misma impresión. Estamos completamente perdidos y los líderes o los que deberían actuar como tales, todavía más. Un abrazo