En varios posts nos hemos referido ya a la colaboración público-privada, o privado-pública, que en estos últimos días de nuevo me han ocupado alguna conversación (si os parece, en el resto del post hablaré de ppp – public private partnership, para simplificar).
Y es que de las iniciativas ppp no hay una única definición comunmente aceptada, sino más bien perspectivas que se complementan, una gama que va del blanco al negro pasando por una gama infinita de grises.
En un extremo, la definición escéptica: no existe un espacio ppp diferenciado. Existe lo público, existe lo privado, y las iniciativas o son públicas (y por lo tanto deben atenerse a los criterios de gestión pública) o son privadas (y debe prevalecer en ellas la lógica del mercado). Lo demás son equívocos, paños calientes, zarandajas… en definitiva, formas de perder el tiempo.
Hay una definición que podríamos llamar pragmática, que admite la existencia de iniciativas ppp (con mayor o menor grado de resignación): son lugares en los que los gestores públicos van a encontrarse con los gestores privados. Los privados, si se mueven con habilidad, pueden sacar tajada para sus proyectos. Los públicos, si lo hacen bien, pueden ganar apoyos para sus políticas. Cada uno a lo suyo: juntos pero no revueltos. Lo de menos, la excusa de encuentro ppp: por favor, que no dé guerra, que no haga perder mucho tiempo, que procure hacer cosas útiles. Por favor, que no dé problemas, que es un jaleo ver a quién le toca arreglarlos.
Luego hay idealistas. Personas que creen que hay problemas que son de todos, pero que la lógica y mecanismos públicos no son capaces de solucionar. Y tampoco pueden privatizarse, que entonces es peor. Y eso hace necesario que se desarrolle una lógica mixta, con implicación de ambas partes, que requiere mecanismos de financiación y gobernanza diferentes. Asumen la dificultad y el reto que supone desarrollar estas nuevas instituciones, y también que no se puede esperar que funcionen como un reloj de la noche a la mañana. Eso les lleva a ser comprensivas (excesivamente en ocasiones), con las cosas que no funcionan en el universo ppp.
Y también hay profetas, personas que ven que lo público y lo privado requieren una profunda revisión, ahora, ya. Y que no nos queda más remedio que crear urgentemente espacios nuevos, lógicas diferentes, en las que la co-participación y la co-responsabilidad nos vayan sacando del agujero en el que estamos metidos, y cavando. Lo ven con una claridad y una nitidez que les empuja al compromiso.
Todas estas visiones son necesarias para construir este nuevo espacio. Los escépticos y los profetas son los que nos cuentan de dónde venimos y hacia dónde vamos (algo útil para no acabar totalmente perdidos). Los pragmáticos son los que mantienen vivo el espacio ppp (sin ellos, hace tiempo que se hubiese cerrado, por la falta de resultados). Y los idealistas son los que van abriendo caminos nuevos, con más o menos acierto.
No hay perfiles puros, claro, generalmente llevan mezcla, aunque según voy escribiendo el post y recuerdo las historias que he vivido en Innobasque, en IK4, en Tecnalia… me vienen nombres a la cabeza de personas que me encajan en una y en otra parte.
También me vienen a la cabeza los nombres de otros muchos que se levantan cada mañana, hacen su trabajo lo mejor que pueden aplicando el sentido común (que mezcla en la proporción adecuada dosis de escepticismo, pragmatismo, idealismo y profecía). Cuando se encuentran con un post como éste, estas personas suelen pensar «mira que hay gente que tiene tiempo para escribir de cosas raras». Son las más necesarias de todas.
Igual tú eres escéptico, o pragmática, o idealista. A lo mejor te ha tocado ser profeta, o eres de los que tienes sentido común (lo vas a tener que poner a prueba con frecuencia, en ese caso).
No te olvides que todas las personas somos necesarias (aunque a veces nos gustaría que nos dejasen solos, ¿ no ?…
Con la razón: muy ocurrente y, como todas las taxonomías, de gran fuerza explicativa pero incompleta. El dónde se sitúa cada quién es asunto suyo, lo que gusta menos es que te sitúen, léase prejuzgen. Ello también tiene que ver mucho con la biografía laboral de cada persona (imaginas que -además de las organizaciones en las que has tenido nómina- hubieses tenido empleo, también, en las administraciones públicas, en ong´s o cmo autónomo)y la aportación de experiencias diferentes, junto con un plus de legitimidad, para saber y opinar sobre lo que se cuece en cada «esquina» del ppp.
Por otro lado, lo de que nos gusta que nos dejen sólos tiene que ver por lo que voy viendo y sintiendo, fundamentalmente, con la edad y las rarezas que lleva aparejadas.
Y, para terminar con el corazón (además de la razón), esto era un bonito pretexto para decirte que -en el movimiento social a favor de la innovación que (para mí) representa Innobasque- tú has sido/serás una persona necesaria. Te deseo larga vida y buen juicio. Salud
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