El camino de regreso

Os contaba al filo del nuevo año, que había decidido iniciar algunos viajes. Todos ellos acaban en este post, que también voy a utilizar para cerrar  la serie «Acta Fundacional y Estatutos de una Empresa Abierta». Bueno realmente la voy a dejar abierta, como su propio nombre indica ; ).

Lo cierto es que estos viajes, que calculé de unas semanas, han acabado durando siete meses, y he acabado agotado. He llegado a necesitar desconectarme del universo 2.0. y he incumplido mi compromiso casi-semanal con este blog, que además ha sufrido el ataque de un virus perverso (mil gracias Nai, menos mal que quedan personas fiables en todos los universos). Gracias también a Alberto y al infatigable Paul, por los posts en estas últimas semanas. Mil disculpas a los seguidores del blog, y a los que esperaban algo de la serie que dejo abierta (por cierto, los interesados en las empresas abiertas, no pueden perderse el interesantísimo informe publicado por la EOI – los jóvenes de OBEA tampoco descansan).

Los que me conocen saben que para viajar, utilizo el mismo procedimiento que para subir al monte: me pierdo. Bueno, nunca estoy estrictamente perdido, porque recuerdo de dónde vengo, y también recuerdo a dónde quiero llegar. Pero nunca planifico la ruta con precisión, y ocurre que me salgo del camino balizado con frecuencia. Tampoco me importa desviarme del camino si encuentro compañía agradable, que en los viajes suele ser lo más interesante (desde luego más que los destinos, que suelen ser engañosos).

Así que he estado siete meses perdido, tratando de encontrar el camino, que como os conté en mi post de Año Nuevo en este caso era de regreso: a la universidad, a IK4, a la empresa privada. También a la Red Vasca de Ciencia, Tecnología e Innovación y a Innobasque, al proyecto de transformación en el que no he dejado de creer. Muchos caminos, unas cuantas vallas, bastante niebla, algún sendero que acababa en ninguna parte. Muchas historias, que se han ido entrecruzando (algunas os he ido contando).

Del viaje, de todos estos viajes, me quedo con la compañía que he tenido, con la que espero seguir teniendo. De más cerca o de más lejos, en el viaje por fuera y también en el viaje por dentro. Viajeros como yo, más o menos perdidos, compañeros excelentes. Ya decía Tolkien que «No todo el oro reluce, ni toda la gente errante anda perdida«.

En Septiembre volveré a escribir en Thought in Euskadi  (o a intentarlo, prometo dejar de contaros mi vida, y centrarme en nuestro Sistema de Innovación, que es de lo que va este blog). Por algún otro sitio también escribiré, de vez en cuando. Volveré a también reconectarme al universo 2.0.

Esta etapa la voy a hacer con mapa, así que os puedo adelantar de qué irá el viaje:

  • Una cuenta de resultados privada a la espalda que pesará bastante, aunque en Informática de Euskadi estoy conociendo estos días a profesionales con los que me iría al fin del mundo (eso sin contar a los socios, BBK y Accenture, que están decididos a juntar en el Grupo IE lo mejor de lo global y de lo local: proyectos llenos de futuro, llenos de innovación…).
  • Espero que en IK4 me sigan soportando. Hay tanto trabajo que hacer, para consolidar la institución de los Centros Tecnológicos, para impulsar el renacimiento de la RVCTI, para seguir trabajando hombro con hombro con Innobasque, con la Fundación Iñaki Goenaga y FLL Euskadi, en el PCTI 2015… Juntar la lógica privada y la lógica pública, conseguir implicar a la Socidad en un reto en el que va nuestro futuro.
  • No me da la vida para seguir con la Dirección Académica del Master de Innovación en Deusto, aunque trataré de mantener contacto con la universidad, con la docencia, con l@s alumn@s de los que este año he aprendido más que ellos de mí.

En fin, igual no puedo con todo, que también he aprendido que hace falta centrarse para poder aportar valor, y todos mis compañeros en estos viajes merecen ese respeto. Creo en los proyectos abiertos, creo en el valor de juntar estos tres mundos de la universidad, los centros tecnológicos y la empresa, pero sé también por experiencia que la realidad es tozuda, y sus límites también.

Ya veremos, el camino se hace andando. Antes que en los mapas, creo en la compañía de quien comparte el viaje. Que nunca os falte mi compañía a quienes me habéis acompañado, que me dejéis seguir acompañando vuestros viajes. Que nunca me falte a mí vuestra compañía y la de los nuevos viajeros que conoceré y con los que compartiré el próximo curso.

Javier, subiendo la Mesa

Javier, que me encontró perdido en Larra, y me subió hasta la cima de Hiru Errege el pasado 20 de Junio.

Bien viaje!

6 pensamientos en “El camino de regreso

  1. Bueno, andando se hace el camino. Me temo que en este mundo lleno de opciones -¿será esto tan positivo como queremos creer?- son tantas las alternativas que confundimos la dirección. Poco a poco, no hay prisa. Todo acaba llegando, pero por si el final no se ve claro conviene ir disfrutando de las vistas… aunque haya niebla 😉

  2. Hace tiempo que sigo tu blog pero hasta hora no me he sentido “capacitado” para aportar algún comentario positivo sobre sus contenidos… Al fin y al cabo mi relación con la innovación pasa por una innovación “txiki”, en pequeñas «diócesis», como decía mi amama, buscando mejorar cada tarea, cada relación, cada proceso… de cada empresa y cada persona. Ya sabemos que la innovación «txiki» no sirve para salir en los grandes titulares… y está lejos de cifras grandes como el grito hipo-huracanado del viejo Pepepotamo.
    Pero algo sobre viajes, perderse, descrubrirse y que te descubran… si sé un rato. Ya hace mucho tiempo, alguien que también dedicó una parte importante de su tiempo y energía a Socintec, me inició en el monte y el mar. Puede parecer que son dos mundos irreconciliables, limítrofes e incluso antagónicos… pero la realidad demuestra que muchos de los “pisahierbas” terminamos con la barba llena de un salobre pegajoso que ya nunca nos podremos quitar.
    Resulta extremadamente difícil navegar impulsado por una pequeña brisa cuando los vientos dominantes de la zona se empeñan en cortarnos el paso. Ante semejante situación solamente existen tres planteamientos: huir, luchar o esperar. «Huir» cuando todo está perdido y abandonar la acusa por la que se lucha… «luchar» en aquellos momentos en los que nos encontremos más fortalecidos o los vientos contrarios nos proporcionen algunos instantes de tregua… «esperar» cuando la tripulación está cansada y resulta imposible avance alguno. Es ese momento en el que el patrón tiene que optar por colocar una pequeña vela en la proa de su barco, encarar el viento y consagrar todo su empeño en mantenerse a flote, perder el mínimo de millas posible y recuperar las fuerzas necesarias para cuando llegue un nuevo instante de «luchar».
    Y solamente hay dos cuestiones que nos libran de la zozobra total en el “huir”: la paciencia y la solidaridad. La paciencia, algo que se va adquiriendo con los años y que va atemperando los impulsos agudos o estridentes de la juventud… Y la solidaridad del resto de la tripulación… Gente que comulga con nuestra visión y aunque no esté en el mismo barco… nos brinda su apoyo aunque sea vía radio y en la distancia.
    La “rueda de los navegantes”, mediante la HF, ha creado, de forma desinteresada, una basta comunidad de navegantes, muchos y muchas de ellas en solitario, en la que comparten amistad, apoyo, peligros, ilusiones, fracasos, alegrías, puestas de sol y mares arboladas…
    Sea cual sea el cuadrante del mapa en el que estés… seguiremos a la escucha.
    salu2

  3. Apreciado Guiller,
    Seguimos, seguiremos y estaremos aquí, con todos, para hecr el camino todos, y juntos.
    Que viviendo se aprende e innovando se mejora, que quién es inquieto lo será simpre y quien escribe así un blog siempre tendrá seguidores incondicionales, como yo.
    Gracias,
    Ignasi

  4. Thought in Euskadi » Blog Archive » Trabajar más, tags y heterónimos para el nuevo curso

  5. @Julen, qué paciencia tienes, qué infinita amabilidad. A ver si me voy reubicando en el 2.0. y volvemos a ir coincidiendo, que me haces bien.

    @Bakio, muchísimas gracias por tu comentario, perdona el retraso que fue escribir el post y desconectar. Me gusta lo que me cuentas: a ver si te puedo ir leyendo más. Ya me contarás por dónde…

    apreciado @Ignasi, tu compañía es de las mejores cosas que me ha traído escribir por aquí.

    un abrazo a los tres, guiller

  6. Thought in Euskadi » Blog Archive » El tiempo que nos queda por vivir

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