Seis Cosas Imposibles, antes de desayunar

El Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación tiene con las subvenciones un problema parecido al que Alicia tenía con el Rey Rojo. El genial Jorge Luis Borges explica este grave problema mucho mejor que yo:

Alicia sueña con el Rey Rojo, que está soñándola, y alguien le advierte que si el Rey se despierta, ella se apagará como una vela, porque no es más que un sueño del Rey que ella está soñando.

Hoy en día, las subvenciones financian una parte muy importante de la actividad de I+D+i. Pero esas mismas subvenciones condenan a los investigadores, a los tecnólogos y a los innovadores a un universo en el que el conocimiento se paga por el coste de las nóminas, y no por el valor que crea. Es igual hacer papel para la balda que aportar a una empresa una innovación tecnológica radical que multiplica por dos el margen millonario de un producto global: el sistema lo paga al mismo precio. Además tiene la fortuna de ser uno de los ámbitos en el que todos los niveles de la Administración, y varios Departamentos dentro de cada nivel, tienen competencias: un auténtico festival (algunos prefieren utilizar el término jardín: yo los utilizo de forma indistinta).

Ambas historias, la de Alicia y la del Sistema de Ciencia y Tecnología, transcurren en un universo en el que la lógica racional no aplica, y el sentido común es puesto a prueba constantemente. Lewis Carroll, que por cierto fue profesor de Matemáticas en la Universidad de Oxford, acertó a predecir lo que iba a ocurrir dos siglos después (quizá compartía con la Reina Blanca la habilidad de recordar el futuro).

En “A través del espejo, y lo que Alicia encontró allí”, la partida de ajedrez se resuelve en el último capítulo: la joven protagonista captura a la Reina Roja y con ello da jaque mate al Rey Rojo, y puede volver al mundo real.

En una partida de ajedrez parecida andamos algunos, sabiendo que esta partida no se puede ganar rápido. Si acabamos con el Rey Rojo de las subvenciones, acaban con él miles de investigadores que ahora existen porque los sueña el tirano (dejando a un lado el hecho de que el Rey Rojo es un formidable rival). No queda otro remedio que atravesar el espejo, como Alicia, y sumergirnos en la lógica de un Sistema en el que el sentido común no aplica de forma inmediata. Más bien se parece a un gran galimatías o, utilizando la terminología de Alicia, un “Galimatazo”.

Por suerte, contamos con el excelente consejo que le dio la Reina Blanca a Alicia: pensar en seis cosas imposibles antes de desayunar (la Reina en su juventud tenía esa capacidad, aunque al parecer la había perdido con el tiempo, algo bastante frecuente). Seis cosas imposibles, vamos a ello, ahora que todavía somos jóvenes… ; )

  • un Sistema orientado por la creación de valor, y no por la justificación de costes
  • un Sistema en el que cada agente (y por extensión, cada investigador) es evaluado por los resultados que produce, utilizando indicadores sencillos, objetivos y transparentes.
  • un Sistema en el que las apuestas se sostengan por períodos suficientemente largos como para producir resultados (la década sería la unidad mínima para muchas de ellas)
  • un Sistema en el que se superen las barreras departamentales y competenciales de las diferentes administraciones, y exista una profunda colaboración interinstitucional e interdepartamental.
  • un Sistema en el que los agentes privados acudan no a buscar subvenciones, sino a impulsar negocios basados en el conocimiento
  • un Sistema que sepa ser a la vez local y global, con raíces y alas

Bueno, ya solo me falta encontrar el Gladio Vorpal, la espada legendaria con el poder de destruir al Galimatazo. No se ponen de acuerdo Lewis Carroll y Tim Burton: el primero cuenta que es un héroe anónimo, y el segundo nos enseña que es la propia Alicia quien acaba con el monstruo, liberando con ello a los investigadores (perdón, a los habitantes del Submundo).

No os había contado que, además de jugador ocasional de ajedrez y amante de las adivinanzas, comparto con la Reina Blanca, Lewis Carroll y Jorge Luis Borges la capacidad de recordar el futuro. Así que tengo la infinita ventaja de haber vivido ya en el momento en que derrotaremos al Rey Rojo. Sólo tengo que ir recordando cada jugada hasta la última, cuando Alicia llega a la octava casilla acompañada del Caballero Blanco, y mientras tanto ir descubriendo a los entrañables personajes que habitan este divertidísimo mundo de la I+D+i. Lo cual, todo hay que decirlo, no deja de tener su emoción.

¿Me acompañas en mi viaje a través del espejo? No olvides traer contigo grandes dosis de sentido común, un poco de paciencia, y otro poco de buen humor. No quiero reventarte el final de la historia, pero puedes confiar en que la película, con tu ayuda, acabará bien.

Bonus Track 1.

Tim Burton, como buen artista, reinterpreta en su película muchas de las historias de los dos cuentos de Alicia que escribió Lewis Carroll (funde en un único personaje a la Reina Roja y la Reina de Corazones, por ejemplo). Algunos cambios me parecen muy ingeniosos, otros menos, y otros muy poco afortunados.

Le perdoné todo ello por el final de la historia: Alicia, libre ya de la tiranía roja, decide en su regreso a la realidad que su destino es embarcarse en una preciosa nave, para abrir rutas comerciales con China. Sin duda, Tim Burton recordaba que yo iba a escribir este post, y también eso de las velas y las redes ; )

Alicia rumbo al futuro

16 pensamientos en “Seis Cosas Imposibles, antes de desayunar

  1. Este post justifica todo el blog. Oso ondo, oso ausartia, compañero. ¡¿Qué haríamos sin los libros que nos guían por el mundo del pensamiento?! Sapere aude!
    To be continued, Guiller?

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  3. Alicia recorre el camino con audacia y tesón. No le faltan buenos compañeros de viaje, y lo que es más importante: un objetivo. Sabe a dónde quiere llegar, una y mil veces se levanta cada vez que, una y mil veces, vuelve a caer. Para quienes no tenemos la capacidad de recordar el futuro, éste es un detalle de importancia capital, y me temo que uno de nuestros grandes problemas es que olvidamos el lugar de destino cada vez que en el recorrido encontramos obstáculos. Creo recordar que era el Gato quien recomendaba a Alicia en estos casos: «si no sabes a dónde vas, cualquier camino te sirve».
    ¿En tus recuerdos de futuro hemos aprendido esta lección?

  4. El techo de lo público es lo que tiene, que cobija, pero como crezcas un poco te pegas unos coscorrones… Y como se mueve en una de esas paradojas que los economistas de los servicios públicos tienen diagnosticado: se penaliza no cumplir con los compromisos adquiridos en los papeles, pero tampoco conviene destacar. O sea, objetivos de corto alcance para no pillarte los dedos. Y en cuanto a triunfar… lo justo. Que si te pasas, como ya eres rentable, el próximo año quedas fuera del reparto. Resultado: lo previsible.
    En este sentido acelerar en la orientación a mercado resulta un estímulo básico, porque ayuda a incrementar la competitividad, en un entorno internacional que se mueve cada vez más rápido.
    Dicho lo cual: más transparencia y dibujar algunos criterios de demarcación:
    ¿Dónde empieza y dónde acaba el Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación? ¿Qué funciones le corresponden? ¿Cuáles deben ser subvencionables, y cuáles no? Y un poco más allá: ¿Estamos hablando de economía de mercado o de sociedad de mercado? ¿Economía del conocimiento? ¿Sociedad del conocimiento?

  5. mila esker Aitor, a mí me encanta todo lo que hacéis en MIK (te debo la encuesta, que he ido a hacer este fin de semana, y no he podido),

    Paul, Pilar & Alberto, qué os voy a decir que no sepáis mejor que yo. Recuerdo una canción, esta vez del pasado ; )

    la mejor semana a todos!

  6. ¡Impresionado por la lucidez poética de Guiller en este post!
    Muchos de los que habitamos el Submundo del Sistema también llevamos tiempo queriendo destruir al Galimatazo para alcanzar cosas imposibles como las que tú, en tu papel de Alicia, imaginas.
    ¡Cuenta conmigo para jugar esa partida de ajedrez, viajar a través del espejo y hacer realidad esas seis cosas imposibles y, puestos a ello, alguna más!

  7. Esto es algo que escribí hace tiempo y que creo que ilustra un poco los «peajes» que a veces nos vemos obligados a pagar al caminar por este mundo público-privado, que aunque separado por un simple guión… a veces parece su dimensión responde a unidades de años luz:

    “Un sabio neutro no se une a ninguno de los dos partidos, pero usa a ambos para sus propios intereses…”
    (William Penn)

    Hace ya 21 siglos un personaje, cuyo nombre empezaba por Poncio y su apellido terminaba por Pilatos, tuvo que enfrentarse a la decisión de elegir entre dos presos. Uno de ellos debería quedar libre y el otro seguir en prisión. Finalmente liberó al más jaleado por la multitud, mientras se lavaba las manos en señal de descargarse de responsabilidad alguna. Con ello, además de quedar inmortalizado para la historia del cristianismo, inventó dos cosas: la neutralidad y el ser políticamente correcto.
    Cuando un consultor TIC se encuentra realizando su trabajo y lleva adelante el proyecto de adaptación de una empresa, siempre llega al momento singular en el que las propuestas deben concretarse en unos productos y servicios concretos. Productos que hay que comprar y servicios que hay que contratar.
    Si la entidad que promueve el proyecto de adaptación es privada, el consultor puede llegar a tener las manos libres y realizar la recomendación de los productos que crea más conveniente.
    En caso de tratarse de una entidad pública o semi-pública, la cosa se complica. El consultor de turno puede enfrentarse al mismo problema que Poncio, pero 21 siglos más tarde. Por un lado, se encuentra ante dos o más productos entre los que tiene que recomendar uno. Por otro lado, tiene a una multitud enfervorizada, entre los que se encuentran instigando todos los fabricantes o proveedores de servicios TIC. Si selecciona el producto A, aplauden los del fabricante A y le abuchean los de la grada contigua que pertenecen al fabricante B… si selecciona el de la B le aplauden los de B pero critican los del A… y así, pase lo que pase, siempre hay tangana en el graderío.
    Puede ser que alguien piense, mucho más frecuente de lo que parece, que lo mejor es seguir el ejemplo de Poncio, lavarse las manos, y ser políticamente correcto y no inclinarse por ninguna opción. Seguro que este planteamiento no solivianta tanto a las masas del graderío, pero también es más que probable que la empresa beneficiaria, que se queda con el amargo trago de la selección, no lo haga y nunca se ponga en práctica el plan de adaptación prediseñado… Así que… ¿Cuál es la postura más acertada?
    Hay que aclarar que en este apartado no hay una solución infalible, se trata pues de ir por el camino menos malo… llegando a un equilibrio entre no despertar demasiado las iras de las masas y conseguir que las empresas beneficiarias se pongan en marcha y den los pasos pertinentes para adquirir los productos y utilizarlos. Existen dos líneas de acción diferentes:
    “… pero usa a ambos para sus propios intereses…” William Penn, fundador de la colonia británica de la provincia de Pensilvania, padre de los principios democráticos en los que se inspiró la actual constitución estadounidense, nos da la clave. Siguiendo la recomendación Involucrar al sector TIC y a todos los actores, se trata de involucrar a las empresas TIC en el proyecto y que llegado el momento, se encuentren junto al consultor en la arena, y no en la grada como meros espectadores.
    La segunda consiste en ceder el privilegio de la elección a la empresa, pero proporcionándole la información necesaria, y en un soporte e idioma que pueda entender. Esto supone cierto compromiso por parte del consultor, ya que debe haber valorado los productos y elaborado un DAFO que la empresa pueda utilizar para realizar la selección.
    salu2

  8. PD: Puede que si el guión que separa público y privado fuera doblándose como el espacio-tiempo… llegará el momento en el que los extremos se toquen. Guiller, tu que recuerdas el futuro… pasará alguna vez?

  9. gracias @Julián, ya he visto que andas por aquí, siempre es agradable encontrarte. Cuento contigo.

    mila esker @Gaizka, he leido el informe, super-interesante. Lo he guardado en mi directorio de archivos para guardar cerca.

    y gracias @Bakio, cualquier día me arranco y empiezo a hablar aquí de eso de las TICs, que ahora nos ocupa. Me quedo también con tu cita de Penn, aunque a veces pienso que en ocasiones es posible que merezca la pena tomar partido ; )

  10. Alicia y adivinanzas:
    Me recuerda un libro «Alicia en el país de las adivinanzas» de Raymon Smullyam, que me leí hace unos 15 años y que luego comité el grave error de prestar a alguien que no me lo devolvió.
    Todo un libro de adivinanzas lógicas basado en el libro de Carroll.
    PD: La última adivinanza fui totalmente incapaz de resolverla.

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