Después del fuego

Agosto nos ha vuelto a dejar las imágenes de montes devastados por el fuego. Nos hemos ido acostumbrando a esta tragedia y también, por desgracia, a la impunidad con la que escapan casi siempre los responsables conscientes o inconscientes de esta irreparable destrucción.

20120822130141También, por desgracia, nos vamos acostumbrando a la impunidad de las personas que han estado practicando estos últimos años la táctica de la “tierra quemada”, alimentando un déficit insostenible en el sector financiero o en los presupuestos públicos. Ya sabéis que la táctica de la “tierra quemada” consiste en que los ejércitos en retirada prenden fuego a casas y cosechas, para que el adversario en su avance no encuentre refugio ni alimentos. Claro que el adversario de estos administradores torpes, cuando no corruptos, hemos sido el conjunto de la sociedad, que avanzamos ahora sobre tierra quemada, sobre presupuestos menguantes que ahora tienen que dedicarse a devolver deudas y pagar intereses.

Porque a eso han estado jugando muchos (algunos siguen jugando todavía): “el que venga detrás, que arree”. Cualquier excusa ha servido, en particular esa idea de que el crecimiento de la economía permitiría devolver holgadamente en un futuro la deuda y sus intereses. El problema es que la economía ha dejado de crecer, y la deuda se ha convertido en una soga en el cuello de familias, de empresas, de entidades financieras y de países… También en el cuello de nuestro Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación, cuando en los presupuestos públicos se va agotando el espacio para el largo plazo.

Así que muchos andan ahora preguntándose cuándo seremos capaces de recuperar el crecimiento económico que nos permitiría salir de este agujero. No es evidente que vaya a volver este curso y algunos se están cuestionando si va a volver alguna vez…

Ya sabéis que sigo a Dani Rodrick, que es profesor en Harvard y una persona con una mirada inteligente y crítica sobre la evolución de la economía global. Este 8 de agosto ha publicado un post en el Blog colectivo “Project Syndicate” en el que sostiene que los crecimientos espectaculares que hemos visto estos últimos años en los países emergentes se han acabado: “No more Growth Miracles”.

Me pareció interesante, provocador, como suele ser Rodrik. Pero lo que más me ha llamado la atención es que, en un mes tan tonto en Europa como es Agosto, el espacio “Economics by Invitation” de “The Economist”,  el influyente think-tank europeo Bruegel, entre muchos otros, han abierto un debate sobre ese post, para que otros expertos economistas se posicionaran a favor o en contra. El tema tiene su miga: si las economías de los países en vías de desarrollo dejan de crecer a buen ritmo, la recuperación de la demanda que salvaría a las empresas de USA o Europa nunca llegará (por cierto, en ese lote van las vascas, pendientes de las alemanas).

Serían malas noticias, que son exactamente las que han ocurrido en el segundo semestre del 2012, y lo que nos están contando que puede pasar en 2013… Lo que Dani Rodrik viene a decir es que pasará en 2013, y en 2014, y en todos los años posteriores: no habrá más economías emergentes creciendo a ritmos vertiginosos alimentando a la oferta de los países que antes llamábamos desarrollados, y el sueño de una globalización llena de oportunidades para todos, se desvanecerá.

He leído los argumentos de unos y a otros, los que dicen que el sistema volverá a funcionar y recuperaremos el crecimiento, y los que están de acuerdo con Rodrik (agunos aportan argumentos alternativos, para llegar a la misma conclusión). No me queda claro quiénes tienen razón, hay argumentos en ambos lados.

El gran problema de estar de acuerdo con Rodrik es que sin crecimiento acelerado en los países emergentes, la economía de los países desarrollados se volverá a acercar al abismo de la recesión estos próximos meses, pero sin capacidad de volver a poner en marcha medidas de estímulo para activar la economía (¿habéis oído hablar del “fiscal cliff” que afronta USA a finales de 2012, verdad?). Y muy pocos quieren mirar a ese abismo, buscar alternativas a este sistema que quedaría herido de muerte.

Bueno, pues así empezamos este curso, con USA y Europa de nuevo al borde de la recesión, el euro en la encrucijada, España debatiendo la modalidad del rescate. La mirada se nos pierde en este horizonte en llamas, en esta tierra quemada…

Me ha venido a la cabeza una escena de la serie de la NBC “Remington Steele” (como sois jóvenes, no os sonará demasiado, se estrenó en TVE en 1986). Esta serie me encantaba,  y mi afición por el cine viene en parte de su protagonista, que constantemente citaba películas para solucionar los casos a los que se enfrentaba con su compañera, Laura Holt. La escena que os comentaba, por algún motivo que desconozco, se me quedó grabada en la memoria cuando vi la serie hace ya más de 25 años y me acompaña desde entonces.

Laura estaba desolada porque su casa acababa de quedar totalmente destruida por una explosión. Entonces Remington le cuenta la historia de Markos Androkos, una persona que toda su vida había estado ahorrando para comprar su propio barco. Sin embargo, el mismo día que consigue ahorrar lo suficiente y comprarlo, un fuego en la sala de máquinas hunde la nave.

Entonces, Marcos, contemplando cómo se hunde el barco, empieza a reirse. Cuando le preguntan el motivo de su inexplicable alegría, responde:

– Porque, por un momento, todo es nuevo otra vez, eh?

Piensa en la oportunidades!

Está en nuestras manos llorar por todo lo que el fuego se ha llevado, o emigrar buscando otros horizontes. O también podemos decidir quedarnos y elegir con cuidado qué semillas queremos plantar en esta tierra quemada, qué valores queremos dejar en los que vienen después de nosotros. Podemos construir Eurovegas, o podemos apostar por la Industria del Conocimiento…

He leído que hay plantas como el bambú japonés que durante los primeros siete años de vida no brotan, sólo echan raíces. Claro que después, en unas pocas semanas son capaces de alcanzar mucha altura, y también son capaces de volver a brotar con vigor después de un incendio, porque las raíces se mantienen intactas. Ojalá nuestras legislaturas durasen lo suficiente como para sembrar apuestas así, o nuestros políticos fuesen capaces de alcanzar pactos que superasen un horizonte de cuatro años, tan corto para los retos que tenemos ahora, como repensar nuestras apuestas científico-tecnológicas o renovar nuestra industria…

De las apuestas que necesitamos, de cómo construir la Industria del Conocimiento, y de cómo soñar con el Segundo Renacimiento seguiremos hablando aquí, este curso que empieza. También de películas y sus personajes, de alguna canción y de algún libro, para haceros un poco más amenas estas historias, y esta travesía que nos espera, que será dura pero también apasionante.

Perdón por este post, que me ha quedado un poco más largo, y gracias por la compañía!

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Bonus Track

Para los que no tengáis miedo de asomaros al borde del precipicio ni del idioma de Shakespeare, os dejo el link a los vídeos de la serie “After Capitalism” que han incluido en el espacio “Comment is free” de The Guardian.

Aunque el que más me ha gustado no está en esa serie. Es una entrevista a Charles Eisenstein, que habla de que una economía no basada en el crecimiento es posible. Pienso que oiremos hablar más de este joven…

Theorist and de-growth activist Charles Eisenstein talks about the benefits of a ‘gift-based’ economy. He argues that such a model aims to bring about a workforce driven by passion rather than coerced by money and profit and he highlights certain co-operative schemes already proving the ideal can be made real.

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