Recuperar lo que es nuestro

Hacía tiempo que no os hablaba de una película. Voy a aprovechar que este miércoles pasado estuve viendo en clase “The Company Men” (Wells, 2010) y luego tuve la oportunidad de charlar un rato de la película con jóvenes que llevan años estudiando cómo funcionan la economía y las empresas, y que dentro de poco se sumergirán en este sistema que les hemos creado entre todos. Es una película didáctica…

El trailer te centra bien en la película: Sector de construcción naval, una gran empresa que a base de crecer se ha convertido en un gigante que cotiza en bolsa, y que se enfrenta al reto de la globalización, con competidores que fabrican en países con costes laborales más bajos. Altos ejecutivos que toman las decisiones según la lógica implacable del sistema: si no elevan el valor de la acción, sus competidores les comprarán y desguazarán la compañía. Así que hacen lo que tienen que hacer para evitarlo: cerrar las plantas en Estados Unidos, y despedir a sus trabajadores, por miles.

La película, de 2010, avanzaba el debate que ahora llena páginas en la prensa económica y política en USA y en Europa: después de décadas de cerrar industrias y despedir trabajadores y llevar la fabricación a los países de bajo coste, nos estamos dando cuenta que ese camino aboca inexorablemente al declive a los países desarrollados. No se puede vivir sólo de la economía financiera ni de los servicios de valor añadido: necesitamos de la economía real, la que fabrica cosas que se pueden tocar, que resuelven problemas reales de personas reales.

Además hemos descubierto que la lógica de esa economía ficticia se acaba trasladando a la economía personal y familiar. La lógica de crear burbujas y vivir en ellas hasta que explotan es contagiosa. Wells, en la película, nos pone delante el contraste entre los sueldos y modos de vida de estos altos ejecutivos, y la dura realidad de esas mismas personas cuando pierden su empleo. Una realidad que nos golpea: hemos creado un modelo económico y social en el que el endeudamiento y el desempleo se convierte en un callejón estrecho y sin luz, cuya única salida es encontrar otro empleo. En ese callejón viven ahora una de cada cuatro personas activas en España, uno de cada dos jóvenes.

En ese callejón podemos acabar tú y yo, en algún momento, no lo dudes. Cuando eres joven y no llevas cargas, asomarte al callejón es desagradable. Si vas teniendo una edad, y la educación y el bienestar de tu familia depende de tu sueldo, sólo de pensar en esas calles oscuras, algo se te agarra a la garganta y no te suelta ¿sabes de lo que te hablo, verdad? La mitad de las personas con empleo en Euskadi, vemos probable perderlo este 2012 que tiene una pinta tan oscura.

Quería decirme hoy a mí mismo, quería decirte a ti, que no tenemos que tener miedo. Que ya es hora de recuperar lo que es nuestro: la confianza en nuestro futuro, en nuestras personas, en lo que sabemos hacer. Sabemos soñar un futuro diferente, y sabemos construirlo, lo hemos hecho muchas veces. Sabemos fabricar, sabemos hacer las cosas bien, aprenderemos a incorporar el conocimiento que necesitamos para que nuestros productos y servicios sigan siendo los mejores.

Quería decirte que este sistema que no ha conseguido arrancarnos la industria en este país, está en las últimas. Quería decirte que vamos a cambiarlo, que no nos arrastrará a ese callejón oscuro, y mucho menos a nuestras hijas y a nuestros hijos. Ya es hora de recuperar lo que es nuestro: nuestro futuro.

Te explicaré cómo, con una escena de la película que no tiene desperdicio. El abogado de la corporación explica, orgulloso, que ha diseñado el plan de despidos para que pase todos los filtros legales. Entonces, uno de los fundadores de la empresa le pregunta si pasaría los filtros éticos, a lo que el abogado (que no acaba de entender la pregunta), le insiste que no están incumpliendo ninguna ley. La respuesta del fundador, es la correcta, ya la descubrirás cuando veas la película.

No caigas en la trampa del sistema: no confundas lo que hay que hacer con lo que la ley te permite hacer. No confundas tu vida con tu nómina. No confundas las personas que trabajan contigo con su pasivo laboral. No creas que la Reforma Laboral nos va ayudar, ni tampoco creas que la Huelga del 29-M lo hará, las dos están engordando a un sistema diseñado para enfrentarnos, cuando lo que necesitamos es trabajar unidos, en proyectos que vuelvan a activar la economía real.

Vuelve a los valores que nos unen a todos: la solidaridad, el esfuerzo, el trabajo bien hecho, la visión a largo plazo, la honestidad, la sinceridad, la humildad, la confianza en ti mismo y en los demás… Vuelve a los tuyos, a tu familia, a tus amigos, a los que comparten contigo sueños e ilusiones en la empresa en la que trabajas, a las personas de las que has aprendido y a las que has enseñado a vivir. Tenemos que recuperar lo que es nuestro.

Vaya, hoy no he hablado de I+D, ni de política industrial, ni de nacionalismo económico, ni de marca de país… Debe ser que la película y la conversación en clase me ha dejado tocado, perdonad el desahogo.

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