Balian de Ibelin, o cómo perder con estilo

Ya os conté que Octubre es un mes que tiene la costumbre de recordarme lo inevitable que resulta perder a veces. Veremos cómo se porta el de este año, oportunidades no le van a faltar ; )

Por eso, dedico el mes a repasar algunas historias de personas que supieron perder con estilo, cuyas derrotas les hicieron grandes (ya os conté la de Shackleton). Porque ganar o perder no siempre está en nuestras manos, pero qué hacemos con el triunfo o la derrota, eso siempre nos pertenece.

Este domingo pasado, 2 de octubre, por ejemplo, ha sido el aniversario de la fecha en que Balian de Ibelin rindió la ciudad de Jerusalen, sitiada por Saladino en 1187. Es, sin ninguna duda, la crónica de una derrota, que fue precedida por la que sufrieron los ejércitos del Reino de Jerusalén en la batalla de los Cuernos de Hattin.

kingdom-of-heaven-2005-14-gHay una película de uno de mis directores favoritos, que cuenta precisamente esta historia: El Reino de los Cielos (Ridley Scott, 1995). La película no es particularmente fiel a la historia, pero el retrato que hace de Balian de Ibelin me gusta mucho, porque nos cuenta una historia de una persona que sabe perder con estilo, como lo fue el personaje histórico.

Primero porque no se rinde fácil, ni a la primera: pelea con toda su alma. La película tiene una escena preciosa, que responde a un hecho histórico, cuando Balian (que sólo contaba con catorce caballeros para defender la ciudad), arma como caballeros a todos los que le acompañan. Es una receta que viene muy a mano, ahora que nos toca luchar contra la crisis: si en vez de tener empleados y empleadas en las empresas fuésemos capaces de tener hombres y mujeres libres luchando por su proyecto, la batalla que tenemos por delante sería mucho más sencilla…

Segundo porque, cuando pierde, se preocupa no de salvarse a sí mismo, sino de salvar a los suyos. Balian negoció hasta el aburrimiento con Saladino hasta que obtuvo la libertad para casi todos los ciudadanos que quedaban en Jerusalen, fuesen ricos o pobres. Su destacamento fue el último en salir de la ciudad (Saladino, por cierto, dejó escritas también algunas lecciones sobre ganar con estilo)

Y tercero, porque sus valores salen reforzados de la derrota, porque la utiliza para aprender, para enseñar. Tanto el personaje histórico como el de la película, son capaces de seguir con sus vidas después de una derrota que conmocionó a Europa. Una cosa es luchar poniendo el alma en las ideas en las que creemos, y otra cosa muy distinta es vender el alma, dejar que se nos pierda en batallas que, al final, siempre son ajenas.

En Europa no andamos ahora para meternos en Cruzadas, gracias a Dios. Pero sí que nos enfrentamos a una batalla, y los enemigos son mucho menos civilizados que Saladino: el desempleo, la deslocalización de nuestra industria… Podemos aprender de Balian y luchar con toda nuestra cabeza y nuestro corazón, hasta el final. Podemos también aprender a evitar el sálvese quien pueda, y educar la mirada para encontrar la forma de ayudar a los que están llevando la peor parte…

Una última lección: la película nos enseña un Reino de Jerusalén podrido y corrupto, y algunas personas que, aunque les toca pelear por defenderlo (Balian, Tiberias…), no están de acuerdo en absoluto con lo que ven. Son muy críticas con el sistema que les está tocando defender, pero lo defienden por disciplina, una auténtica paradoja ¿verdad?

Eso mismo está ocurriendo ahora: nuestro sistema está podrido y nos toca luchar por defenderlo, mientras tratamos de encontrar la luz que lucha por salir entre sus sombras ¿no sería mejor dejarlo caer, derribarlo, sumarnos a los indignados?… (tú elige si quieres poner aquí el conjunto del sistema económico, o el sistema de I+D+i, también me vale).

Si tienes ocasión, invierte unas horas en ver Kingdom of Heaven, y fíjate en Balian y en Tiberias, en por qué siguen luchando en medio de un sistema en crisis y cómo afrontan el momento de la derrota. Son historias que a mí me ayudan a vivir, por eso te las cuento.

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2 pensamientos en “Balian de Ibelin, o cómo perder con estilo

  1. Elegir perder – euskadi™

  2. Vale hombre!
    Desde Perú, bueno la verdad que a mi en lo personal me ah dejado esa misma leccion que tu comentas, no siempre se gana en la vida pero tambien hay que saber perder, y Balian perdio luchando por que la idea de él era llegar a un acuerdo y lo logró, el defendió Jerusalen no por mantener el territorio, lo hizo por la gente que habitaba en Jerusalén, y dejando de lado sus intereses lo logró…
    Y bueno justamente dentro de un mes y unas semanas seré padre y mi hijo se llamara
    Balian, todo un caballero.

    Saludos.

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