Primera paradoja: el mundo crece, la economía no (2 de 5)

Después de la sibilina introducción en el post anterior, entramos ya en materia.

El Nobel de Economía Robert Fogel explicó en este gráfico de su libro «The Escape from Hunger and Premature Death, 1700-2100: Europe, America, and the Third World» las bases de la prosperidad que el modelo económico actual ha construido en los últimos siglos: crecimiento demográfico y avances tecnológicos que satisfacen nuevas necesidades de esa creciente población, y mejoran sus condiciones de vida, consiguiendo un ritmo de creación de riqueza desconocido en la Historia. Un círculo virtuoso que es posible que consiga este siglo erradicar el hambre y la pobreza extrema de la faz de la tierra.robert-fogel

También hemos aprendido que esa misma prosperidad genera un efecto universal de descenso de la natalidad. A medida que los países acceden a determinados niveles de renta, desciende la media de niños nacidos por mujer. America y Europa están ya estancadas, Asia a punto de alcanzar ese estado, y únicamente África seguirá creciendo fuertemente en población este Siglo XXI, en el que multiplicará por cuatro su población (de 1.000 a 4.000 Millones de personas).

Aunque lo relevante a efectos de crecimiento económico es sobre todo la formación de clases medias, que se crearon el siglo pasado en los países de la OCDE (USA, Europa y Japón), mientras que hasta 2050 le toca el turno a los países emergentes (África tardará unas décadas más).

consumo-clases-medias-hasta-2050

Si veis la gráfica, nos esperan décadas de fuerte crecimiento del consumo global derivado de la formación de las clases medias en los gigantes asiáticos.

Si miramos el otro factor de prosperidad propuesto por Fogel (avances tecnológicos que dan lugar a nuevos productos y servicios que satisfacen nuevas necesidades), os basta echar un vistazo al incremento de la inversión en I+D entre 2004 y 2016 para entender la masiva incorporación de nuevas tecnologías que se está produciendo.

evolucion-inversion-id

O esta gráfica de Nature, por si te quedaban dudas sobre la «bola amarilla»

nature-oecd-graph-c-jpg

Así que, globalmente, tenemos clases medias formándose en Asia al mayor ritmo de la historia, e inversión en tecnologías creciendo también a un ritmo espectacular. La economía del mundo tendría que ir como un tiro ¿no?

Ahora mira los últimos datos del último informe del Fondo Monetario Internacional sobre la economía global, todas ellas convergiendo hacia el encefalograma plano…

datos-fmi

Y si aterrizas estos datos en los ingresos medios por familia, llegas a la dura conclusión de que las clases medias han iniciado un período de decrecimiento de rentas, después de muchas décadas de progreso ininterrumpido.

ingresos-por-familia

En fin, ya paro de enseñarte gráficas. Necesitaba introducir todos estos datos para dejar la primera paradoja en el aire. Si el mundo crece a más ritmo de lo que hizo en el Siglo XX en personas e ideas ¿por qué la economía global ha entrado en un período de «estancamiento secular»? ¿qué es lo que está fallando?

 

 

Las paradojas que anuncian un futuro diferente (1 de 5)

Ya sabéis que en la Capilla Sixtina, entre santos y profetas, Miguel Angel dibujó a las cinco sibilas más famosas. Tiene su tema colar en el Vaticano a cinco sacerdotisas, a las que el dios Apolo inspiraba para que pudiesen ver el futuro… La rebuscada excusa es que ellas también anunciaron el fin de imperios como el griego o el romano, una condición previa para el advenimiento del nuevo reino…

sibilas-capilla-sixtina

Predecir que un imperio de este mundo acabará no tiene riesgo: la Historia nos enseña que todos terminan. Acertar en qué momento terminarán, requiere algo más de habilidad. Aplicando el principio de Copérnico, los científicos han elaborado una fórmula que vincula la probabilidad de acertar y la precisión de una profecía. Este principio tiene aplicaciones tan divertidas como predecir el día del juicio final (que por cierto, también pintó Miguel Angel en la Capilla Sixtina).

Así que predecir que el sistema económico y social imperante (capitalismo global basado en la sociedad del consumo) acabará algún día, no tiene mérito. Acertar cuándo acabará, es un poco más complicado.

Ya os conté que otro científico, Thomas Kuhn, en su libro La Estructura de las Revoluciones Científicas, nos dejaba una pista muy relevante: cuando se empiezan a acumular anomalías o paradojas que no tienen explicación dentro del paradigma imperante, es que necesitamos un «nuevo paradigma», un nuevo sistema en el que encontremos nuevas explicaciones.

¿Cuáles son las tres paradojas que anuncian el fin de este modelo? En estas semanas de fin de año voy a explicaros las tres paradojas que anuncian el fin del capitalismo global. Os avanzo los titulares:

  • El mundo crece, la economía no: Durante todo el Siglo XX, los motores de la economía han sido el incremento de población (más en particular, el de las clases medias), y la aparición de nuevas tecnologías que abrían camino a nuevos productos y servicios para satisfacer las necesidades de esa población. El Siglo XXI, esos dos motores siguen a pleno rendimiento, y sin embargo la economía mundial ha entrado en la «nueva normalidad» caracterizada por el lento crecimiento de la riqueza mundial ¿por qué?
  • Liberados del empleo, exiliados del consumo. El avance de la tecnología, y en particular de la inteligencia artificial, destruirá millones de puestos de trabajo en todo el mundo, a más ritmo del que somos capaces de crear nuevos empleos (o de nuestra capacidad de adaptarnos a esos cambios). Y sin empleo, no hay salario, y sin salario ¿cómo sobreviviremos en una sociedad en la que «eres lo que consumes»? Y si se deshacen las «clases medias» ¿qué motor tirará de la economía?
  • El sistema insostenible. Esta tercera paradoja está relacionada con las dos anteriores. En Europa hemos conquistado con esfuerzo un «estado del bienestar»: educación, sanidad, pensiones de jubilación… todo al servicio de una vida mejor de las personas. El problema es que el envejecimiento de la población, el lento crecimiento de la economía y la falta de liderazgo para abordar reformas en profundidad del sistema público nos aboca sin remedio a una profunda crisis: no salen las cuentas para pagar el sistema público que sostiene el bienestar. No te digo nada si para solucionar la segunda paradoja, sumamos la Renta de Garantía de Ingresos universal…

Tranquilidad, que este post no va de Apocalipsis, no creo que el Juicio Final se acerque. Es un post de Adviento: pronto necesitaremos un nuevo modelo para entender la economía y la sociedad, que ya está viniendo. Ese será mi regalo en el quinto y último post de la serie, que escribiré el día de los tres Reyes Magos. En estos tiempos modernos, lo mismo al final resulta que eran las cinco Sibilas Griegas : )

 

La audacia de la esperanza y el ejercicio de la conciencia

Ya sabéis que Obama inició una meteórica carrera hasta la Casa Blanca con un discurso en el año 2004 «La audacia de la esperanza» (que luego sumó con otros contenidos en un libro del mismo título).

Ya dijo entonces que no era lo mismo tener una esperanza audaz, que tener un optimismo ciego. La esperanza nos lleva a la acción, a tomar decisiones que sean capaces de cambiar las cosas, de acercarnos al objetivo que soñamos alcanzar (aunque el camino no esté a la vista con claridad).

Ya decía el siempre acertado Borges, en «El tamaño de mi esperanza»:

Y conste que lo venidero nunca se anima a ser presente del todo sin antes ensayarse y que ese ensayo es la esperanza. ¡Bendita seas,esperanza, memoria del futuro, olorcito de lo por venir, palote de Dios!
.
Ensayar el futuro, seguir ese aroma, «el olorcito de lo por venir», tiene dos tiempos: el primero es ser capaz de soñar el futuro, y el segundo es ser capaz de moverse para acercarse a él. Hoy quería sobre todo quedarme con ese segundo tiempo, con ese pasar del sueño a la acción, con eso que Bergson decía: «conciencia significa acción posible«. El ejercicio de la esperanza, el ejercicio de la conciencia, no es pensar ni es soñar, es hacer.

Este post de hoy es un homenaje y un invitación a que te sumes a la iniciativa «Fair Saturday«, que este año ya alcanza 6 países y 374 actuaciones en los que intervendrán unos 10.000 artistas y que espera superar los 150.000 euros en aportaciones para causas sociales. Porque no basta con quejarse del Black Friday, el hiperconsumismo o la insolidaridad de este sistema económico: hay que encontrar caminos para sacar de dentro de todos nosotros esa capacidad que tenemos también para ser solidarios, para disfrutar de la cultura y el arte.

fair-saturday-2016
Así que ya sabes: entra en la página de Fair Saturday, busca la representación que más te guste y sal a la calle para ser solidario y disfrutar. Date prisa que las entradas se agotan : )
..
Bonus Track
rd-magazine-2016
A ver si me inspiro un día de estos y soy capaz de hacer un ejercicio de conciencia y de esperanza con estos datos, que ahora mismo, no me sale…

Dudando entre «Tomar cartas» o «Going postal»

Hay expresiones que en inglés o en castellano tienen significados diferentes.

En castellano «tomar cartas en un asunto» significa ocuparse, asumir que un tema es importante y decidir intevenir en él. El origen no está claro, aunque se remonta a varios siglos atrás. Puede estar vinculado a que antes de actuar se pedía a las partes implicadas que remitiesen su opinión por escrito, o a que se elaboraban documentos oficiales («carta» tuvo en algún momento ese significado), o incluso que se acudía los mapas («carta» también fue sinónimo de mapa) para decidir una disputa entre colonos.

En inglés «going postal» tiene un significado totalmente distinto, y más reciente. Está vinculado a un conjunto de sucesos violentos que se sucedieron en oficinas postales en USA en la década entre 1986 y 1997, en los que empleados de correos enloquecidos se liaban a tiros con los clientes. Desde entonces cuando se dice de alguien que está a punto de «going postal», quiere decir que está a punto de explotar, de perder el control (generalmente asociado a la tensión producida en un entorno profesional).

¿Nada que ver, verdad? Pero ya ves, el libro de la saga Mundodisco de Terry Pratchet «Going Postal» (2004), se tradujo al castellano en 2011 como «Cartas en el asunto»…

Os cuento esta historia porque veo la estadística de I+D que publicó ayer el EUSTAT, y me pasa lo que me viene pasando estos últimos años, oscilo entre el sentimiento de necesidad urgente de tomar cartas en el asunto, y otras emociones más próximas al «going postal»…

estadistica-id-eustat

 

No me consuela que, en comparación a los datos provisionales publicados por Eurostat, Euskadi se sitúe un 51% por encima de España, que obtiene un 1,22% (esta semana que viene el INE publicará los datos definitivos). Porque después de haber conseguido converger en 2009, ahora hemos vuelto a caer 9,8% por debajo de la media de UE-28 (2,04%), y más todavía si nos comparamos con la Zona Euro (2,12%)…

Si me lees desde hace tiempo, ya sabrás que estoy convencido que la inversión en conocimiento es una de las claves fundamentales de nuestro futuro, de nuestra competitividad. Así que estos datos me preocupan mucho.Y más todavía la falta de eco en los medios que ha tenido la nota de prensa que salió ayer.

No será fácil que nos convirtamos en un polo de atracción del talento mundial si somos un país que invierte en estas cosas menos que la media de Europa. Y esa atracción aplica al talento de fuera, y también a nuestro propio talento (te acordarás de la historia de dos ciudades de la que hablaba hace poco…)

No busco culpables, ni creo que sea sencillo identificarlos. Sé de las dificultades de hacer magia desde las administraciones públicas, con presupuestos menguantes y necesidades crecientes. Y también sé de la dificultad de apostar a largo plazo desde el sector privado, en un entorno en el que la incertidumbre crece cada mes.

Pero si la media de la UE está subiendo, si la carrera por la apuesta en I+D de las grandes potencias industriales sigue escalando y nosotros empezamos a bajar la cuesta, no sé cómo vamos a sostener nuestra industria aquí… Si en otros sitios lo están haciendo, es que no es imposible.

Vamos, tomemos cartas en el asunto, entre todos tenemos que dar la vuelta a esta gráfica.

Se necesita más poesía

«El progreso ha poblado la historia de las maravillas y los monstruos de la técnica, pero ha deshabitado la vida de los hombres.
Nos ha dado más cosas, no más ser.»
Octavio Paz en la Postdata de «El laberinto de la soledad»

A ratos, el mundo me parece un lugar más oscuro, con menos sentido. Es posible que el invierno haya llegado demasiado de golpe, cargado de noticias que también son como nubes oscuras (sí, me refiero a Trump…).

Así que, en parte para refugiarme, y en parte para desquitarme y solidarizarme un poco con algunos familiares y buenos amigos que tengo en México, hoy os hablaré de libros y de poesía (todos los 12 de noviembre se celebra en México el Día Nacional del Libro ¿sabías?). Trump tendrá sus cuatro años pero, por fortuna, la poesía es eterna.

img_0883

He estado releyendo a Octavio Paz, y me he encontrado con la descripción que hacía del momento en el que le visitaba una poesía «La nube preñada de palabras viene dócil y sombría, a suspenderse sobre mi cabeza, balanceándose, mugiendo como un animal herido«. Así mismo me visitan a mí los posts que os escribo : )

Me he acordado de un libro que me vino a la cabeza en mi último post sobre la inteligencia artificial. Es «La poesía de los números«, y lo ha escrito Daniel Tammet, un autor muy peculiar, afectado por el «síndrome de savant» que solo ha sido diagnósticado a 50 personas en el mundo. Es una variedad del autismo que se caracteriza por una memoria prodigiosa, especial, por un funcionamiento del cerebro extraordinario.

tammet

Tammet ve los números y las letras con colores, formas, emociones, y eso le permite por ejemplo ser capaz de recitar de memoria 22.514 dígitos del número «Pi», o hacer complejísimas operaciones matemáticas de manera intuitiva, sin lapiz ni papel. La mente humana encierra misterios sorprendentes, que quizá algún día seamos capaces de comprender. Quizá ese día descubramos que la realidad, los números, la música y la poesía están unidos por ecuaciones más profundas que las que describen las leyes de la física…(Leibnitz ya decía que el placer que nos proporciona la música viene de contar, pero de contar inconscientemente. «La música no es más que aritmética inconsciente”)

Hasta entonces, me gusta saber (gracias a la mirada de Tammet) que el número cinco «es de color amarillo», y «suena como un trueno, o como el sonido de olas rompiendo contra rocas». También que los miércoles son azules, o que los números primos son poéticos. Yo no alcanzo a ver esos colores ni formas, pero desde siempre he presentido que era así.

Seguro que mi afición a perderme en los bosques tiene que ver con la música de los números que encierran sus hojas. Siento envidia de Tremmet, que es capaz de contarlas…

«A la hora del recreo, durante un tiempo, preferí la compañía de los árboles que crecían en filas rectilíneas a lo largo del perímetro del patio. Los árboles me transmitían una sensación de seguridad y yo me imaginaba que, cuando pasaba por detrás de ellos, desaparecía por un segundo del ruido y el ajetreo que me rodeaba. Los árboles tienen hojas y, efectivamente, yo las miraba y admiraba sus colores y sus formas, y contaba unas cuantas. Pero entonces sonaba el timbre para volver a clase.«

Ikigai vs. Inteligencia artificial

La Inteligencia Artificial se ha puesto muy de moda. Ha pasado con otros avances de la ciencia y la tecnología, y seguirá pasando (ya te hablé de ese libro tan divertido «The tipping point» de Malcolm Gladwell, que analiza los motivos por lo que hay temas que se hacen virales en un momento determinado). Te dejo algunos botones de muestra, todos ellos de esta misma semana…

De todo ello me quedo con un dato que me hace pensar. Preguntados en una encuesta, los directivos destacan al alza la importancia de las habilidades asociadas a entender a las máquinas, en detrimento de las habilidades asociadas a entender a las personas.

people-skills-vs-machine-skills

Yo mismo en mi post de hace dos semanas os dejaba el mismo mensaje, que había que dirigir a los jóvenes hacia este conocimiento de las nuevas tecnologías para prepararles para el mundo que viene…

He pensado más en ello en estos últimos días, y creo que tenía razón @juleniturbe en sus reflexiones de no olvidar lo que nos hace más humanos. A la larga, las máquinas harán las cosas de máquinas, y los humanos nos quedaremos con las cosas de humanos.

Aunque la pregunta ¿qué nos hace humanos? se va complicando con el progreso de la inteligencia artificial. Nos obliga a cavar más profundo en el sentido de nuestra existencia. Ya sabes que los japoneses tienen un término «ikigai», que podría traducirse como «razón de ser». Dejo los mandos a Wikipedia:

Todo el mundo, de acuerdo con la cultura japonesa, tiene un ikigai. Encontrarlo requiere de una búsqueda en uno mismo, profunda y a menudo prolongada. Esta búsqueda es considerada de mucha importancia, ya que se cree que el descubrimiento del propio ikigai trae satisfacción y sentido de la vida.

Al final, va a resultar que necesitamos recuperar el sentido de la trascendencia, para sobrevivir en este siglo de robots… (parece además que el ikigai ayuda también a vivir más años, y con mejor salud)

Así que corrijo mi consejo sobre orientar a los jóvenes a que aprendan el idioma de los robots, y lo amplío a que se hagan políglotas. Ya explicaba Carlos I que había que escoger los idiomas, en función de las diferentes conversaciones (aunque como cada uno cuenta la cita de diferente manera, no es fácil aclararse…).

Así que elijo quedarme con la cita del Rey Salomón, famoso por su sabiduría y que dijo aquello de «no hay nada nuevo bajo el sol…»

«Nunca digas: ¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores que estos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría.
Buena es la ciencia con herencia, y provechosa para los que ven el sol.
Porque escudo es la ciencia, mas la sabiduría excede, en que da vida a sus poseedores.»

El elefante en la habitación

El post de la semana pasada ha encontrado más respuestas que de costumbre, y también más encontradas.

Me han reprochado querer sacar conclusiones contundentes de un análisis superficial. También haber manipulado la información para llevar el agua a un molino donde moler el estado del bienestar. Y me ha recordado con cariño que la justicia y la calidad de vida no siempre van de la mano con algunos modelos que fían todo en las nuevas tecnologías y el crecimiento de la economía (me gustó mucho el post que escribió @juleniturbe después, profundizando en esas ideas).

A otros, por el contrario, les ha parecido que plantear esta reflexión era pertinente, o han utilizado mi post para reivindicar una mayor eficacia del sector público.

Estoy de acuerdo con las críticas que han señalado que el tema que abordaba el post es muy complejo, y que la brevedad de este formato no permite abordarlo con la necesaria profundidad.  Y también en que las gráficas recogían datos objetivos, pero al final la forma de presentar los datos nunca es inocente (ya sabes, si torturas los números lo suficiente, acaban diciendo lo que tú quieres que digan…). La verdad no pretendía hacer un análisis académico, y menos manipular, pero entiendo a quien lo ha percibido así, y me disculpo por ello.

Por otra parte, conozco a muchos excelentes profesionales en el sector público que se esfuerzan cada día en hacer las cosas mejor, en transformar lo que no funciona y en impulsar nuevos proyectos. No estoy entre las filas de los que defienden que lo privado funciona mejor que lo público por definición. Así que si alguien también entendió mi post como una crítica genérica a lo público, es que me expliqué mal, o no me entendieron bien.

Por eso voy a ver si me explico un poco mejor ahora.

Veo recaudaciones estancadas o decrecientes y gastos sociales crecientes. A pesar de los controles del déficit, la deuda pública sigue en aumento, para atender esas demandas (este tema se va a poner muy de moda con la aprobación de los próximos presupuestos del Estado). Y cada vez quedan menos recursos para las apuestas e inversiones públicas y público-privadas que podrían crear riqueza en el futuro (Como la I+D, por ejemplo. El 24 de Noviembre publicará el INE los datos del 2015, y no espero ninguna alegría).

2

Y si no invertimos en esas apuestas, la recaudación seguirá cayendo, y como los gastos sociales van a seguir creciendo (por razones demográficas), esta realidad se está convirtiendo en un círculo vicioso que nos conduce de manera inexorable al declive.

Es el elefante en la habitación, del que elegimos no hablar, no sea que nos acusen de neoliberales, austericidas y enemigos del estado del bienestar, destructores de las clases medias y cómplices de los ricos que cada día son más ricos. Manipuladores que quieren engañar a la sociedad para que siga tragando con los recortes.

elefante-1

Así que la sociedad civil calla. Deja estas cosas a la clase política (que tampoco las aborda, por las mismas razones que señalaba en el párrafo anterior). Y el elefante sigue engordando (aquí y en otros sitios, tampoco somos originales en esto…)

No hay soluciones sencillas, me parece. En particular, no creo que la solución consista en recortar derechos sociales e incrementar la desigualdad (ese viaje ya hemos hecho, y ya sabemos que no conduce a lugares mejores). Tampoco creo en soluciones mágicas de subir impuestos a los ricos, y terminar con el fraude. Con ese programa gano Syriza las elecciones y después de un año habían duplicado el déficit público de Grecia… Y tampoco me parece que adelgazar o mejorar la eficacia del sector público sea la receta mágica que vaya a acabar con el problema.

Probablemente sea preciso una combinación de muchas cosas, y requiera de que el sector público, el privado, el tercer sector, trabajen juntos en encontrar soluciones. Me gustaron, por ejemplo, los cinco retos que planteó Adela Cortina para construir una economía ética en la ceremonia de nombramiento como Doctora Honoris Causa en Deusto.

Ya sabes la solución de la adivinanza ¿cómo se come un elefante? Trocito a trocito. Pero para eso, lo primero, me parece, es reconocer que tenemos un elefante en la habitación…

Lo que la verdad esconde

Ya conoces la evolución del empleo público y privado en la última década en España. En esencia, el número de asalariados en el sector público se mantiene estable, en el entorno de los 3 Millones de empleos, mientras que en el privado cae de 14 a 11 Millones (aunque los últimos años empieza a recuperarse).

evolucion-empleo-publico-y-privado-2

También quizá has leído los datos que publica el INE sobre los salarios medios mensuales brutos de uno y otro sector.

salarios-medios

Darían para hacer alguna reflexión estas asimetrías ¿verdad? pero no voy a entrar en ellas hoy.

Otro tema me preocupa más, y es la conclusión lógica que sacan las familias y los estudiantes que deben elegir una carrera. Fijaos en la comparación en la evolución que se ha producido en una década en las carreras universitarias más solicitadas en Euskadi, según los datos publicados por EUSTAT.evolucion-carreras-mas-solicitadas

Educación infantil y primaria, Enfernería, Educación Social, Trabajo Social… emergen con fuerza en el «top» de las titulaciones más demandas por los jóvenes. El empleo público resulta más atractivo que el privado: es más estable, ofrece ventajas claras para la conciliación y está mejor pagado. Blanco y en botella…

Claro que esas verdades esconden una realidad silenciosa, oculta bajo la superficie: un sistema público que no consigue reducir un déficit estructural que va en aumento. Para ocultar ese agujero, nos hemos comido casi la hucha de las pensiones (también la de los trabajadores privados, por cierto), y hemos incrementado la deuda. El crecimiento raquítico de la economía que se espera durante la siguiente década, no contribuirá  a aliviar esta situación…

deuda-publica-espana

Deberíamos leer debajo de la superficie, deberíamos explicar con más claridad a la sociedad y, en particular, a los jóvenes, dónde está el futuro del empleo, y dónde están las trampas y las bombas de relojería…

Si tienes tiempo este fin de semana, puedes leer el excelente artículo «10 Emerging Technologies That Will Drive The Next Economy«. El futuro del empleo está en nuevos sectores, nuevos modelos de negocio…

10-essential-technologies-1-787x443

 

 

 

 

Historia de dos ciudades

«Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos,
la edad de la sabiduría, y también de la locura;
la época de las creencias y de la incredulidad;
la era de la luz y de las tinieblas;
la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación»
Charles Dickens, Historia de dos Ciudades

El año pasado, una de nuestras estudiantes más brillantes del doble grado (Administración y Dirección de Empresas + Ingeniería) me pedía cartas de recomendación para algunas de las más selectivas y exigentes Universidades en Estados Unidos. Con mucha amabilidad me escribió para darme las gracias semanas después, había sido admitida en un Master en «Innovation and Technology Management + Computer Engineering» en la Carnegie Mellon University (sistemáticamente entre las 10 mejores universidades del mundo en tecnología, junto con MIT, Stanford o Berkeley).

Esta Universidad está en Pittsburgh, la capital del condado de Allegheny. Un territorio con muchos paralelismos con el nuestro. La industria pesada marcó el desarrollo económico de la ciudad durante la primera parte del Sigo XX, y su declive durante la segunda parte. Pero supo renacer, y hoy es una de los territorios más dinámicos y prósperos en el mapa de USA.

pittsburgh-transformation

Muchas historias me unen con esta ciudad y la Carnegie Mellon University. La primera empresa para la que trabajé tenía como accionista a la CMU, y el renacimiento de Pittsburgh fue una de las referencias en la tesis doctoral que escribí sobre reutilización de edificios industriales en áres en declive industrial (igual que fue una de las grandes referencias para la transformación industrial en Euskadi, y en particular, en Bilbao).

Esta semana Barack Obama ha estado en Pittsburgh, y en la CMU, para participar en la «The White House Frontiers Conference», un foro para reflexionar sobre cómo los espectaculares avances de la ciencia en este siglo tranformarán la industria, la salud, nuestra forma de vida…

He estado siguiendo las charlas de la conferencia, interesantísimas. He sentido admiración por la Universidad Carnegie Mellon, por la ciudad de Pittsburgh, por el Condado de Allegheny (en las dos últimas décadas ha pasado de la posición 36 a la 12 en captación de fondos federales de I+D, y ocupa la segunda posición en el ranking por volumen de inversión de fondos de capital riesgo). También he renovado mi admiración por un Presidente que vibra con la ciencia y la tecnología, que está firmemente convencido de que es la inversión más estratégica para el futuro de su país.

rd-pennsyvannia

venture-capital

El premio por hacer bien las cosas: pleno empleo y una expectativa de crecimiento de puestos de trabajo en la próxima década del 40% (es uno de los focos de atracción de talento más dinámico en USA y en el mundo).

Espero que Uxue vuelva de Carnegie Mellon (un navarro fue para allá hace 50 años y acabó siendo el Rector…). La historia del Siglo XXI va a ser una historia de ciudades, más que de estados, y la carrera de transformación que iniciamos cuando cayó la industria pesada, es ahora una carrera hacia la industria del conocimiento en la que no podemos quedarnos atrás. Necesitamos seguir escribiendo un relato de transformación, que ahora se escribe con las letras I+D.

Obama es un gran escritor de relatos, no te pierdas su editorial en Wired con ocasión del Frontiers: «Now is the Greatest Time to be Alive«. Es el mejor de los tiempos, igual que en la cita con la que empieza Dickens «A Tale of Two Cities«. En nuestras manos está que el nuestro sea también el mejor de los lugares.

obama-frontiers-conference

La vida es una comedia

«La vida es una comedia,
escrita por un escritor de comedias sádico«
Woody Allen, Café Society, 2016

Me dice mi padre que últimamente me nota más pesimista cuando hablo sobre el futuro que nos espera, que debería recuperar una mirada más esperanzada. Tiene mucha razón, ya decía Ortega que somos mitad circunstancia, mitad proyecto. Y si las circunstancias y el proyecto se nos van llenando de sombras, la vida se nos va oscureciendo.

Así que hoy no voy a hablaros del último informe que ha publicado el FMI esta semana, sobre el National Manufacturing Day que celebraron ayer en USA, o sobre el último y profético post de Atkinson sobre el grave error que vamos a cometer volviendo a impulsar las inversiones en ladrillo. Si queréis poneros tristes, ya os dejo los links : )

En vez de eso, como estamos en Octubre, recuperaré mi tradición de recordar historias que tienen que ver con sonreir aunque la vida nos haga esperar. Y para no olvidar buenas costumbres, lo voy a hacer con una película, la última de Woody Allen (un director recurrente en estos temas de sonreir aunque uno vaya perdiendo…)

cafe-society_0

Igual no has visto todavía Café Society (Allen, 2016), así que no te destriparé el guión. Pero sí te contaré que el argumento va dando vueltas precisamente a esa idea de que somos circunstancia y somos proyecto, y que muchas veces con nuestras decisiones y las de las personas que nos importan, se nos va abriendo una brecha entre nuestros sueños y nuestra vida.

Casi al final de la película, el guión le da la vuelta a la famosa cita de Sócrates en Apología. Ya sabes que le ofrecieron las opciones de morir tomando una copa de cicuta o ser desterrado, y él eligió morir: «Una vida no examinada, no merece la pena ser vivida«: una vida que no responde al proyecto que tenemos, que no es coherente con ese futuro que perseguimos, no merece la pena ser vivida….

Pero Woody Allen añade «… pero una vida examinada, tampoco es ninguna ganga«. Porque en muchas ocasiones esa combinación de circunstancias y proyectos nos encierra en un laberinto sin salida. En una trampa perfecta, construida por nosotros mismos, de la que parece no haber salida…

Ortega reflexionó también sobre esa trampa entre nuestro proyecto racional y las circunstancias, y llegaba a la conclusión de que por encima de la racionalidad de nuestros proyectos, y la tozudez de las circunstancias, nos quedaba la «razón vital». Una fuerza que llevamos por dentro, un impulso que siempre es capaz de encontrar una salida, aunque a ratos no seamos capaces de verla…

Algo así nos viene a contar también Woody Allen en la última escena de la película. Algunos críticos se quejan de que el final queda abierto, aunque a mí me parece que no. Simplemente, el director elige no mostrarnos el camino de salida de la trampa porque, como en la vida misma, en ese momento los protagonistas tampoco son capaces de verlo. Se le nota en la mirada ¿verdad?

jesseeisenberg

Elegiré pensar que las trampas de la vida siempre tienen salidas. Es un buen consejo el de mi padre, no perder la sonrisa aunque a ratos no veamos la salida de la trampa…

Ya llegará, la vida siempre se abre camino.